Problemas en la cavidad bucal. La salud bucal sufre las consecuencias de los frecuentes vómitos
inducidos de las personas bulímicas. Debido al contacto con los ácidos
estomacales, los dientes se desgastan, se debilitan (en los peores casos pueden
caerse) y se vuelven más sensibles al frío y al calor, las glándulas salivales
se hinchan y la lengua se seca y se enrojece.
Problemas para
tragar la comida. Vomitar en
exceso también produce hinchazón en las mejillas, barbilla y cuello, lo que
causa dolores al momento de digerir la comida.
Deshidratación. La
bulimia y la deshidratación van de la mano, porque los vómitos hacen perder
líquidos al organismo. Y, como la deshidratación causa más hambre, los
bulímicos terminan comiendo más y por tanto, luego vomitando más. Esto les
genera todo un círculo dañino para su salud.
Problemas intestinales. La falta de nutrientes como la fibra y la deshidratación traen
consigo problemas intestinales como la constipación. También son frecuentes los
dolores y calambres estomacales, pues el estómago queda por mucho tiempo vacío.
Úlceras. Cuando se
vomita, el cuerpo no sólo elimina la comida sino ácidos estomacales. Estos
dañan las sensibles mucosas de la garganta y la boca, causando un ardor que
puede dar lugar a úlceras.
Anemia. Como eliminan
los alimentos de su organismo, los bulímicos pierden muchos nutrientes
esenciales, como el hierro. La falta de hierro puede provocar anemia, y en las
mujeres, esto trae aparejado irregularidades en el período menstrual.
Debilidad en los músculos, piel y cabello. Como consecuencia de la falta de vitaminas y
minerales, los músculos pierden fuerza y tonicidad, la piel se torna más seca y
el cabello más quebradizo.
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